Terapia del Comportamiento
Vega
Terapia del Comportamiento
en colaboración con veterinarios especializados en etología clínica
Esta claro que un perro, al igual que un niño, tal como se le eduque en el ámbito familiar así se comportará socialmente. Por eso también tendremos en cuenta que la manera de ser de un perro indudablemente influye en la manera de ser de su propietario expresándose a través de la clase de trato recibido.
Según las asociaciones de veterinarios, se sacrifican más perros por trastornos psicológicos, que por trastornos orgánicos. Esto no es nada nuevo, pero indudablemente nos encontramos ante una dramática realidad.
La gran mayoría de las consultas que se realizan en consultorio, se refieren a cuestiones adaptativas, en las que observamos como se mezclan el trastorno clínico y los errores educativos por parte de los propietarios.
En el campo de la psicopatología, nos encontramos con una gran variedad de trastornos, quizá demasiados, algunos de ellos resultan ser auténticas bombas de relojería. La falta de autocontrol en un animal sumado a miedos internos hace un constante chirrido en su personalidad que siempre, inequívocamente, termina en un cóctel de trastornos (ya que lamentablemente no se queda solo en uno).
Cuando en consulta hacemos referencia a que un perro padece un trastorno de la personalidad, nos referimos al hecho de que el perro muestra un patrón de experiencia interna y de comportamiento, que se aparta acusadamente de las expectativas del ámbito social-familiar y que son características contrarias a las que debieran darse en el sujeto.
Los trastornos de la personalidad poseen un inicio precoz, aflorando en el perro joven o al principio de la edad adulta, culminan alcanzando su mayor grado de expresión en el perro adulto. Este tipo de trastornos se muestran consistentes y estable a lo largo del tiempo. Comportan malestar clínicamente significativo y provocan perjuicios para el animal.
Hoy, se tiene consciencia de que la organización jerárquica del perro es idéntica a la nuestra (ser humano), siempre y cuando se den las mismas circunstancias y requisitos medioambientales.
Entendamos esto bien. El desarrollo de la personalidad de un perro que se ha criado y vive en una finca, el cual no ha mantenido un trato directo con sus propietarios, no será igual que el de un perro que se ha criado y vive con nosotros dentro de nuestro hogar, compartiendo nuestras vidas, nuestras reglas de convivencia, nuestro día a día.
Es por ello que el perro domestico de hoy en día, suele presentar patrones de conducta que se apartan muy a menudo de lo estipulado por su especie (canina). Al igual, adquieren anomalías psicológicas (trastornos mentales) adquiridas por su cercana convivencia con nosotros los humanos.
La inmensa mayoría de los trastornos en el perro que se estudian y resuelven en consulta, están siendo trasladados de las dos clasificaciones de trastornos mentales que funcionan en la psicología y en la psiquiatría de los humanos: el DSM de la American Psychiatric Association y el CIE de la Organización Mundial de la Salud.
Por eso, (ver también Formación del propietario) con mi programa de trabajo trato de acercar la nueva psicología clínica canina a todos los propietarios y perros que llegan a mis manos. Mi especialización es la educación preventiva para resolver los diversos problemas de educación o psicológicos que puedan surgir en nuestros perros:
Realizo trabajos de Educación Terapéutica siendo Máster en Psicodiagnostico e Intervención Clínica y Educativa Canina.
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La Serenidad
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